¿Nos creemos dioses? ¿Tan poderosos como para juzgar, absolver o condenar? ¿Nos escondemos detrás de un supuesto título o cargo para criticar y atacar injustamente o con altivez extrema? Mal vamos, si así lo llegamos a pensar o, peor aún, si de esta manera actuamos. Más allá de ser periodista o personaje famoso, para cualquier ciudadano, la premisa de toda convivencia debería tener como pilares la máxima libertad, la máxima responsabilidad y el máximo respeto. Hoy planteamos casos donde una pésima comunicación daña y ataca la dignidad de las personas. ¿Los vemos y analizamos?
Reflexiones sobre Periodismo y Comunicación de calidad y valor. Se apoyan en más de 30 años de experiencia personal en gabinetes, agencias, periódicos y televisiones. Intenta despertar conciencias, recordar quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos... Y, especialmente, acompañar a los profesionales para sentir que no estamos solos en esta feliz lucha por servir a la sociedad, sembrando un poquito de paz y alegría a nuestro alrededor, ahogando el mal en abundancia de bien.