"Tus grandes exclusivas de hoy envuelven el pescado de mañana", sentenciaba el periodista e intelectual estadounidense Walter Lippmann (1889-1974). Humildad. Es una virtud que demasiados olvidan y que debe acompañar a todo profesional de la comunicación. Hoy, veremos varios casos recientes que reflejan el periodismo ombligo que nos avergüenza frente al periodismo de servicio, respeto y valores que vivimos en los Juegos Paralímpicos de Brasil. ¿Comenzamos?
La ruptura profesional entre los periodistas españoles Carreño y Lama, (los Manolos), compañeros que han trabajado juntos durante unos 10 años en radio (Cadena SER) y televisión (Cuatro), ha provocado numerosas y diferentes reacciones. Las más llamativas, entre periodistas que se faltaron al respeto públicamente en las redes sociales. Como el penoso incidente que han protagonizado Isaac Fouto, compañero de Deportes de la COPE, y Fonsi Loaiza, también periodista deportivo.
Estos fueron algunos extractos textuales del enfrentamiento insultante que ofrecieron en Twitter:
"Los cobardes no pueden vivir sin él". "En el deporte campean los pelotas, otra forma de corrupción". "Miedo da que jóvenes quieran ser como él y alimenten la mafia mediática. Asco". "Eres el ser más rastrero, asqueroso y despreciables q he visto en mucho tiempo. Me das grima, pena y lastima. Eres un miserable". "Para mí los cobardes son los que hacen felaciones a los jefes".
Condena por intromisión ilegítima en el derecho al honor
Hablando de insultos, recientemente, el Juzgado de 1ª Instancia Nº40 de Madrid condenaba a A. B., por “intromisión ilegítima en el derecho al honor” de la corresponsal de Radio Televisión Española Almudena Ariza, "tras publicar en diferentes webs expresiones insultantes y denigrantes contra la periodista", según una nota de prensa difundida por RTVE. La sentencia explica que el denunciado generó "la base, el desarrollo y la consecuencia de la campaña de descalificación a la Sra. Ariza, utilizando no sólo palabras y expresiones insultantes y denigrantes, sino que le atribuyen la comisión de delitos de manera completamente infundada con una evidente voluntad de hacer el mayor daño posible al honor, imagen y profesionalidad de su víctima, sobre todo conociendo que lo que se publica en Internet permanece de manera casi indestructible e imperecedera en la red".
Periodistas con valores en los Juegos Paralímpicos
Vayamos ahora los periodistas que escriben con los pies y sin pies, como hemos podido admirar en los Juegos Paralímpicos de Brasil.
"Siempre dije que mis pies son como mis manos". Son palabras de David Hock, reportero de 19 años que no tiene el brazo izquierdo y trabaja con tres dedos dedos de su mano derecha que salen de su hombro. "Basta que tire mis zapatillas para hacer con los pies lo mismo que ustedes con las manos". Aquí puedes ver un vídeo donde él mismo lo cuenta.
En estos Juegos Paralímpicos, igualmente, hemos visto "periodistas en sillas de ruedas que cubren estos Juegos con una mirada diferente". escribe la compañera Valeria Saccone en un reportaje de El Confidencial. Como Jairo Marques, redactor de la Folha de S. Paulo: "No tiene sentido comparar lo incomparable. Los Juegos Paralímpicos tienen un enorme valor social. Yo mismo como periodista paso por unas dificultades enormes aquí en el Parque Olímpico, que tienen a ver con esta mirada y con una cierta falta general de sensibilidad (...) Hay mucha más empatía: ellos conocen mi realidad y yo la suya. Lo que me llama la atención son los colegas sin minusvalía que, en muchas ocasiones, no tienen la delicadeza de dejarnos un hueco durante las coberturas".
O el alemán Joan Wengert, redactor de 23 años que usa silla de ruedas y trabaja para el "Paralympic Post": "Otros periodistas pueden hacer el mismo trabajo con la misma calidad. Creo que somos todos iguales". Estos son valores.
"Los males del periodismo"
Acabo animando a la lectura del artículo "Los males del periodismo", escrito por José Sanclemente: "Algunos, para teorizar sobre los culpables de este mal, mezclan la situación de crisis de algunos medios de comunicación y de sus empresas editoras con la mala praxis de los periodistas".
Ahora tú. ¿Conoces más casos de periodistas "sin cabeza"? ¿Piensas que la humildad (junto con la honradez y la veracidad) es una virtud básica en todo profesional de la comunicación? Recuerda que desde tu rinconcito también puedes (debes) ahogar el mal en abundancia de bien ayudando a cambiar el mundo. Comunica y vuela alto. Hasta pronto, si Dios quiere.
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